La diva tiene características muy marcadas, que nos hacen delirar. Se convierte en una mujer icónica, que por una u otra razón, amamos o incluso dejamos de querer. Sin embargo, la diva siempre está ahí, para hacernos respirar bajito, o dejar al descubierto nuestras emociones. A todas, las que he visto y las que no, me las imagino con los labios rojos.
ESTE ARTÍCULO FUE PUBLICADO ORIGINALMENTE EL LUNES 28 DE NOVIEMBRE DE 2011
No es un secreto que esta intensa tonalidad tenga connotaciones negativas. Sin embargo, la mujer actual es lo suficientemente inteligente como para echar a un lado esa idea, y entender que una mujer, que presume de moderna y contemporánea, puede manejar este asunto de otra manera. Dejar a un lado la timidez, es lo principal para convertirte en una diva.
Esto se convierte en ventaja para cualquier mujer de estos tiempos, que inmersa en sus responsabilidades, quiere proyectarse sensual, elegante, provocativa, coqueta, e incluso juguetona, y sí, sentirse como una diva, pero que no se atreve a lanzarse a la aventura de pintar sus labios de rojo.
Hace algunas semanas una amiga hurgó mi escritorio, para saber qué había de nuevo. Para su emoción, descubrió una serie de labiales de la línea M.A.C. Cosmetics que me había obsequiado la publicista de la casa, en un almuerzo que realizó en Puerto Rico, en una de esas fulminantes visitas que hace a nuestro país, que es su hogar.
Siempre que recibo productos de belleza para reseñarlos, ya sea en FashionVitrine.com o en la revista Vivir Mejor, no falta el simpático comentario de que “tus amigas tienen mucha suerte”. Ciertamente, no se equivocan. Ese día le tocó a Mariela Fullana, una periodista de espectáculos muy extrovertida, moderna, pero que nunca había usado un labial rojo.
Eran siete tonalidades en total las que tenía en mi escritorio, y ella tenía ya su favorita. Cuando suele ocurrir esto, mis amigas salen ganando. Es como llegar al escaparate de cualquier casa de belleza, que con la compra de un producto, reciben un regalito. Claro está, aquí no compran nada, pero son mis amigas, y una vez haya reseñado el producto, dispongo de él. Sin embargo, yo puse una condición.
Le dije: “Te voy a regalar uno, pero tienes que probarte éste”. Uno de los atributos más lindos que tiene Mariela son sus ojos, y unas pecas que se asoman delicadamente, de esas que muchas chicas quisieran tener, las que tiene prohibido –por mí– cubrir. Es una chica que conoce muy bien lo que le sienta, y cuyo “fashion sense” es un tanto bohemio.
Si hay una fashionista que no quiere llevar sus labios de rojos es la “bohemian girl”. Pero eso cambiaría esa noche. Cuando ella vio el tono de labial que le había dado para probarse, abrió sus grandes ojos y, de primera intención, dijo que no. “Pruébatelo”, le dije.
Estas mujeres confían mucho en mí. Tengo suerte.
Se acercó al espejo. No la estábamos observando los que ese día la acompañábamos. Cuando se asomó, con esos dotes histriónicos que le caracterizan, todos nos quedamos sin habla. Su rostro cambió por completo, y también su proyección.
Ella quedó sorprendida con el “look” que le daba el tono Diva de esta famosa casa de maquillajes. Con todo y que recibió nuestra aprobación, se sentía incómoda. La ventaja de Diva, y es lo que está en boga, es que da un acabado mate, lo que de alguna forma la aleja de esa mujer de labios rojos que ella tenía en su cabeza, que seguramente llevaba demasiado brillo y que también escogió mal la tonalidad, pensando que le quedaba bien. Las alternativas que actualmente ofrece el mercado son amplísimas, brindando así la oportunidad de que cada una de ustedes pueda llevar sus labios de rojo.
No pude aguantar y le tome no una sino varias fotos. El labial ofrece al rostro de la mujer luminosidad y borra el cansancio. Este accesorio, objeto de culto y símbolo de feminidad, no debe faltar en la cartera de ninguna de ustedes, amigas.
Finalmente, Mariela aceptó el reto y recibió su recompensa. Y no me refiero al labial que le regalé, sino al impacto que provocó cuando tuvo la oportunidad de salir para encontrarse con sus amistades. No pudieron identificar cuál era el cambio que se había realizado, lo que resulta en algo mejor. Hoy, es uno de sus labiales favoritos.
Por Juan Soto Meléndez @JuanEnVitrina